martes, 7 de agosto de 2007

un caluroso invierno

Ella había hecho la comida antes, pero por alguna razón ésta era especial,
ya tenía hambre, pero el que espera desespera y el que desespera, espera más
pues el tiempo se hace más lento, más largo...
El jarrón seguía ahí, tenía marcas sobre el vidrio; el pequeño lo había dañado hace
ya mucho tiempo atrás. ¿dónde es que estás? pues sigo sin verte, solo escuchando y
me pregunto ¿de dónde saldrá tu calurosa voz? no existe boca alguna...

Me parece raro que me comentaras eso, ¿qué sucedió aquél día? dejame saber.
Lo siento, pero no pude evitar ser tan irresponsable, sé que te lastimé
pero lo siento, desde aquél día me he convertido en mala persona, pues lo juré.

Aunque me agradaría decir, que los pactos no se pueden romper, jamás, el que diga
lo contrario seguro ha de estar lunático. Lo siento, porfavor, habla conmigo, no me dejes
solo en éste lugar; me dá miedo estar aqui.

Gracias, te lo agradesco demasiado, ésta vez será verdad, no volverá a pasar. Solo
porfavor escuchame y hablame, sino, estaré perdido por siempre...